miércoles, 27 de agosto de 2008



Por Carmelo Paredes-



"A los únicos que hay que preguntarles sobre qué hacer con las villas, es a los habitantes de esos barrios. Ellos tienen muchos conocimientos y nadie les pregunta nada", señaló el coordinador del equipo de sacerdotes para las villas de emergencia respecto al plebiscito que el gobierno de Mauricio Macri analiza para "que los porteños decidan qué hacer con las villas de emergencia".


El párroco José María Di Paola es uno de los tres delegados del Equipo de Sacerdotes para las Villas de Emergencia creado en 1968. Este organismo (que reúne a 16 sacerdotes de villas porteñas) advirtió hace un año a los principales candidatos a la jefatura comunal que "es fundamental poner el oído en el corazón del villero para que las posibles soluciones no provengan de oficinas donde trabajan técnicos que ignoran la realidad, y que en lugar de mejorarla la empeoran."
Muchos meses después de la publicación de ese documento, la mayoría considera que la situación en los barrios ha empeorado por la indiferencia oficial. "La ausencia del estado ha hecho que los villeros urbanizaran por mano propia esos lugares, por eso nosotros no hablamos ni de erradicación ni de urbanización, sino de integración urbana", dijo Di Paola. El padre, con 12 años en la villa de Barracas, anticipó que el equipo que integra se pronunciará públicamente sobre el polémico anuncio de Mauricio Macri.

"El Equipo". Así lo llaman sus militantes, adherentes, simpatizantes y las demás organizaciones del campo popular que reverencian su opción en el sentir y pensar de las villas de la ciudad de Buenos Aires. Han pasado 40 años y "lo difícil es tener que repetir cosas que dijeron los curas del primer equipo, en el año ’68. Es una herida abierta". Hablan de la época en que el dictador Onganía quería congelar la problemática de las villas.
"El problema de las villas no es un problema urbanístico, es un problema mucho mas global, por eso invitamos a que se debata el tema entre las provincias, el estado nacional y la ciudad de Buenos Aires. Las villas están creciendo porque su población es cada vez mayor y las economías regionales no se han recuperado. Es un tema más complejo, y si no se sientan a pensarlo bien será peor, pero no se resuelve con construir casas, el desafío requiere mucho más", explica el padre Pepe.

—Buenos Aires es una de las ciudades con mayor aglomeración poblacional urbana. ¿Cuáles son los temas pendientes más importantes, y cuales son las principales expectativas? ¿Qué es lo que esperan de Macri?
—La gente llega buscando una vida más digna y desde sus lugares de origen viene sufriendo un doloroso desarraigo. Hay nostalgia por el lugar de origen. Yo creo que se trata de un asunto delicado porque la gente ya viene golpeada, ya han vivido la imposibilidad de amasar el pan de cada día con trabajo, no hay posibilidades de estudiar, hay mucha gente que viene buscando salud para un familiar, para un conocido, hay un deseo de progreso, e incluso a veces muchos piensan que la gente no quiere mejorar su vida y que está achanchada. Pero es falso, porque se pusieron en movimiento y desde hace décadas están en Buenos Aires buscando una vida más digna.
Uno se sienta a comer con una familia y se encuentra con toda Latinoamérica: una era tucumana, pero el jefe de familia se había casado con una paraguaya, y luego con una peruana. Así, sin querer, se da esa integración en pequeño. Esa integración que a veces se declama en grandes encuentros, o acuerdos regionales, pero que se practica de manera espontánea en los barrios. Las villas son barrios obreros, no se trata de una idea de los curas de las villas, sino de la idea de mirar la realidad, tomarla de ahí y devolverla a la gente.
—¿Por qué decimos que son barrios obreros?
—Porque la mayoría de la gente quiere trabajar y lo hace sacrificadamente. Va pasando de la chapa y el cartón al ladrillo. Y si usted camina el barrio, ve a un grupo de vecinos ayudando a otros a hacer su loza, mientras el vecino pone el asado. Al tiempo esa loza ya está pensada para sus hijos y sus nietos. Hay un movimiento permanente, como un hormigueo, de querer progresar.
—¿Y desde el Estado, cuál ha sido el desarrollo?

—La ausencia del Estado ha hecho ese desarrollo. No decimos que todo se deba a este último año, porque es algo que se remonta al origen de las villas. La ausencia del Estado ha provocado que en general las villas hayan crecido con muy poco aporte estatal y con mucho esfuerzo villero. El año pasado decíamos que las villas son barrios obreros: hay mucha gente que ha muerto, que ha dado su vida para salir adelante y hacer su casa y que ha vivido en situaciones precarias.
En los barrios, no es que uno puede llegar y decir cómo son las cosas, se trata de una historia de vida, de sacrificio, de hombres y mujeres que ya no están y que dieron todo para que sus hijos y sus nietos tengan un lugarcito donde vivir. Han hecho el sacrificio de desterrarse de su lugar y luego han originado todo en medio de la pobreza.
Así fue que lograron urbanizar terrenos que el estado nunca había urbanizado. Antes eran basurales y lagunas. Por eso sabemos y decimos que cada villa ha pasado por lo mismo. Están sobre terrenos que siempre fueron considerados inutilizables y que el villero hizo habitables. Por eso estamos convencidos de que el verdadero urbanizador fue el villero, no el estado. Es un punto desde el que partimos, y por eso vemos cómo piensa su familia. En cada uno se vive otra historia: si viene un viejito no lo mandan a un geriátrico. Liberan una pieza, le meten una cama y así el abuelo se queda a vivir ahí. Estamos frente a un concepto de solidaridad que parte de un cristianismo popular que vemos todos los días. Se da naturalmente y de forma espontánea.
—Ustedes acompañan una red enorme, pero los niños y jóvenes se deprimen mucho frente al deterioro de su lugar de vida...
—Por eso no hablamos de urbanización, sino de integración urbana. Practicamos y creemos que la integración urbana es mucho más que un nuevo vocablo. Este concepto está en la Constitución de la Ciudad. Así fue que analizamos tres etapas en la historia de las villas porteñas: la erradicación, que fue un fracaso y se hizo con el desprecio a la gente. La urbanización, que es la ciudad que acepta que existen villas, y desde el regreso de la democracia, el crecimiento de las villas.
Nos consta que no hubo una coherencia en el trabajo estatal y que la gente ha hecho sus barrios con esfuerzo propio. Todos estos valores que vemos en la villa, son valores que la ciudad debería conocer, pero no descubre porque es inaccesible para el consumidor. La prensa amarilla muestra asesinatos, pero la vida del resto del barrio no aparece y la ciudad debería conocerla.
—¿Por qué?
—Porque la integración urbana es la única forma de sintetizar este problema. Busca reconocer que los villeros son vecinos de la ciudad de Buenos Aires y así debe darles oportunidades de crecer como personas. Hay un espíritu de progreso frente a las cosas que el villero no puede hacer: no puede decretar hacer una escuela y tener más vacantes para sus hijos. Es un ejemplo, pero los padres están interesados en mandar sus chicos a las escuelas y si bien pasan por una grave incertidumbre en cada comienzo de año, luchan por ir a la primaria, a la secundaria y a la facultad. Sin embargo, no es solo un tema de las villas, sino de toda la zona sur. Por eso decimos que estaría bueno que les consulten a los vecinos del sur qué es lo mejor que se puede hacer.
—Buenos Aires es una ciudad muy cruel con los niños y con los viejos. ¿Cómo juega la integración urbana frente a este problema crucial?
—El cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, dijo que son las dos puntas de la vida las que estaban maltratadas. La gente está preocupada por los chicos tanto como por los abuelos. La franja de la tercera edad es muy vulnerable, muchos no pudieron trabajar en blanco, muchos son inmigrantes, muchos vinieron porque tienen un problema de salud serio. Estamos frente a un punto difícil. Hay gente que cree que está en el grupo de los abuelos y tienen 46 años. Han sido protagonistas de una vida muy golpeada y muchas veces se nota en ese envejecimiento prematuro.
—¿Y los niños?
—Son el tesoro del pobre. Quizás no puedan tener los muchos recursos económicos que quisieran, pero tienen a sus hijos. En este aspecto, como cualquier ciudad grande, el tema de la salud es muy complejo. Por eso no nos gusta que el tema de las villas sea tratado de forma tan particular cuando toda esta complejidad es mucho más grande. Estamos convencidos que una persona del gran Buenos Aires que viene a atenderse a un hospital de la Capital es un hermano como cualquier otro. Son hermanos, y los hermanos no son un tema de jurisdicciones.
—Hace un año presentaron un documento con recomendaciones antes de las elecciones. ¿Cuál es el balance? ¿Qué mejoró y qué empeoró?
—En el documento de 2007 dejamos claro que el progresismo y el conservadurismo son indistintos, porque para entender las villas hay que caminarlas, y si no las caminan nada podrá cambiar. Los gobiernos anteriores, igual que el actual, van a poder aportar algo en la medida que caminen, que la escuchen, que no se queden con lo que dice un puntero. En ese primer documento dejamos claro que es muy importante que haya un oído puesto en el villero y otro en la realidad. Si el oído no está puesto en el villero nada va a cambiar. Hablamos del encuentro de dos culturas.
El progresismo o el conservadurismo son hijos de una misma cultura que intenta entrar en diálogo con estos barrios. Desde una vertiente o desde la otra miran desde una misma cultura. Uno tiene que hacer un esfuerzo de conocimiento y hablar con la gente. Nosotros no queremos ser interlocutores, por eso buscamos instancias para escuchar a la gente. Es obvio que esto requiere esfuerzo y decisión de hacerlo. A veces los políticos están urgidos por la eficacia y los resultados, y como el abandono ha sido mucho el trabajo es muy a largo plazo. Hay que tratar de hacer las cosas bien y nada se logra sin escuchar a nuestro pueblo.
—¿Y qué ha hecho el Estado?
—La red de contención se cayó en 1955 y desde entonces nunca más se reconstruyó. Una cosa que tenemos clara, es que buscamos acompañar la fe del pueblo. Debemos ponernos al lado de la religiosidad enorme que viven los barrios. Quisimos de entrada apuntar a un trabajo que atendiera a niños, adolescentes y jóvenes. Luego desarrollamos un montón de programas donde surgieran líderes positivos. Buscamos marcarlos desde el deporte, el campamento, la educación y la escuela de oficios. La Iglesia debe servir como vehículo para potenciar esas capacidades. Aunque el crecimiento vegetativo de los barrios es altísimo, la Iglesia, los comedores y las capillas han sido levantados por los hombres del barrio.
—¿Creció el flujo de intercambio entre el barrio y la ciudad?
—Hay miles de niños que no conocen el centro de la Ciudad y cuando van a la Catedral no lo pueden creer. Hay gente que te dice: —Yo estoy en Capital, ¿qué me tomo? Y les contestamos, —Yo estoy en Capital también. Es un clásico. No se puede englobar. Hay que caminar más los barrios, charlar más con la gente, preguntarles qué necesitan, mejorar los servicios, la recolección de basura, la salud, las escuelas, el transporte y las cloacas, además del tendido de agua. El cura no puede hablar de todo. No somos arquitectos ni ingenieros, pero tenemos intuiciones que tratamos de plasmar porque es lo que le escuchamos a los vecinos. Y la principal demanda es que esta ciudad no los ignore ni discrimine.

Fuente: Revista Zoom

lunes, 25 de agosto de 2008

Derechos del Niño


1990Ley Nacional 23.849.Convención Internacional sobre los Derechos del Niño

Sancionada: Septiembre 27 de 1990. Hecho: Octubre de 1990

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentinareunidos en Congreso, etc. Sancionan con fuerza de Ley:

Artículo 1:

Apruébase la Convención sobre los Derechos del niño aceptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos de América) el 20 de noviembre de 1989, que consta de cincuenta y cuatro (54) artículos, cuya fotocopia autenticada en idioma español forma parte de la presente ley.

Artículo 2:

Al ratificar la Convención deberán formularse las siguientes reservas y declaraciones: La República Argentina hace reserva de los incisos b), c), d) y e) del artículo 21 de la Convención sobre los Derechos del Niño y manifiesta que no regirán en su jurisdicción por entender que, para aplicarlos, debe contarse previamente con un riguroso mecanismo de protección legal del Niño en materia de adopción internacional, a fin de impedir su tráfico y venta.
Con relación al artículo 1: de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad.
Con relación al artículo 24 inciso f) de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina, considerando que las cuestiones vinculadas con la planificación familiar atañen a los padres de manera indelegable de acuerdo a principios éticos y morales, interpreta que es obligación de los Estados, en el marco de este Artículo, adoptar las medidas apropiadas para la orientación a los padres y la educación para la paternidad responsable.
Con relación al artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que es su deseo que la Convención hubiese prohibido terminantemente la utilización de niños en los conflictos armados, tal como estipula su derecho interno el cual, en virtud del artículo 41, continuará aplicando en la materia.

Artículo 3:

Comuníquese al Poder Ejecutico Nacional. Alberto R. Pierri, Eduardo Menem, Esther H. Pereyra Arandia de Pérez Pardo y Hugo R. Flombaum.
Dada en la sala de sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, a los veintisiete días del mes de septiembre del año mil novecientos noventa. Convención sobre los Derechos del Niño.

Primeros Auxilios


Son los cuidados inmediatos, adecuados y provisionales prestados a las personas accidentadas o con enfermedad antes de ser atendidos en un centro asistencial. No son un tratamiento médico. Son un conjunto de decisiones que deben tomarse con sentido común para mejorar las condiciones de una persona hasta que sea atendida por un médico.Los objetivos de los primeros auxilios son:- Conservar la vida.- Evitar complicaciones físicas y psicológicas.- Ayudar a la recuperación.- Asegurar el traslado de los accidentados a un centro asistencial.

NORMAS GENERALES PARA PRESTAR PRIMEROS AUXILIOS

Ante un accidente que requiere la atención de primeros auxilios se deben recordar las siguientes normas:
-Actuar si se tiene la seguridad de lo que va ha hacer. Si existen dudas es preferible no hacer nada porque es probable que el auxilio que se preste no sea adecuado y que contribuya a agravar al lesionado.-Conservar la tranquilidad para actuar con serenidad y rapidez. Esto da confianza al lesionado y a sus acompañantes. Además contribuye a la ejecución correcta y oportuna de las técnicas y procedimientos necesarios para prestar un primer auxilio. De la actitud del socorrista depende, en gran parte, la vida de los heridos. Debe evitarse el pánico.-No se debe retirar del lado de la víctima. Si se encuentra solo, solicite la ayuda necesaria (elementos, transporte, etc.).-Efectuar una revisión de la víctima, para descubrir lesiones distintas a la que motivo la atención y que no pueden ser manifestadas por esta o sus acompañantes. Ejemplo: una persona quemada que simultáneamente presenta fracturas y a las cuales muchas veces no se les presta suficiente atención por ser mas visible la quemadura.-Hacer la valoración de la víctima, de acuerdo con:No olvide que las posibilidades de supervivencia de una persona que necesita atención inmediata son mayores, si está es adecuada y si el transporte es rápido y apropiado.Haga una identificación completa de la víctima, de sus acompañantes y registre la hora en que se produjo la lesión.Dé órdenes claras y precisas durante el procedimiento de primeros auxilios.Inspeccione el lugar del accidente y organice los primeros auxilios, según sus capacidades físicas y a juicio personal.Evite el saqueo hasta donde sea posible, sin descuidar la salud de los accidentados. Delegue este tipo de funciones a otras personas.

PROCEDIMIENTO PARA PRESTAR PRIMEROS AUXILIOS

Organice un cordón humano con las personas no accidentadas. Esto no sólo facilita su acción, sino que permite que los accidentados tengan suficiente aire.Pregunte a los presentes quiénes tienen conocimientos de primeros auxilios para que le ayuden.Preste atención inmediata en el siguiente orden, los que:1. Sangran abundantemente.2. No presenten señales de vida (muerte aparente).3. Presenten quemaduras graves.4. Presentan síntomas de fracturas.5. Tienen heridas leves.Una vez prestados los primeros auxilios, si es necesario, traslade al lesionado al centro de salud u hospital más cercano.

PRECAUCIONES GENERALES

Determine posibles peligros en el lugar del accidente y ubique a la víctima en un lugar seguro.Comuníquese continuamente con la víctima, su familia o vecinos.Afloje las ropas del accidentado y compruebe si las vías respiratorias están libres de cuerpos extraños.Cuando realice la valoración general de la víctima, evite movimientos innecesarios. No trate de vestirlo.Si la víctima está consciente, pídale que mueva cada una de sus cuatro extremidades, para determinar sensibilidad y movimiento.Coloque a la víctima en posición lateral, para evitar acumulación de secreciones que obstruyan las vías respiratorias (vómito y mucosidades).Cubra al lesionado para mantenerle la temperatura corporal.Proporcione seguridad emocional y física.No obligue al lesionado a levantarse o moverse especialmente si se sospecha fractura, antes es necesario inmovilizarlo.No administre medicamentos, excepto analgésicos, si es necesario.No dé líquidos por vía oral a personas con alteraciones de la conciencia.No dé licor en ningún caso.No haga comentarios sobre el estado de salud de el lesionado, especialmente si ésta se encuentra inconsciente.

EXAMEN DE LA PERSONA ACCIDENTADA

Aspectos Importantes:Indague sobre el estado de la concienciaMediante un examen completo del accidentado se pretende explorar todos los Signos físicos y cambios de comportamiento que éste pudiera presentar.Usualmente se practica después que el auxiliador ha escuchado la historia del caso y los síntomas que manifiesta el lesionado.El examen de un lesionado debe ser completo y cuidadoso evitando la manipulación excesiva e innecesaria que puede agravarlas lesiones ya existentes o producir unas nuevas.El método de examen a emplear dependerá de las circunstancias en las cuales se lleva a cabo. Así, en los accidentes callejeros es deseable un método rápido para obtener un diagnóstico provisional y descubrir las lesiones que requieran tratamiento inmediato, antes de movilizar al lesionado.El lesionado debe permanecer a la intemperie el menor tiempo posible. El examen puede realizarse de tal manera que la mayor parte de su cuerpo permanezca cubierto durante el proceso.Para esto las mantas y frazadas podrán ser utilizadas en el manejo inmediato, pudiendo ser parcialmente retiradas con el fin de poner al descubierto regiones individuales del cuerpo, que tan pronto como se hayan examinado podrán volver a cubrirse.No sobra mencionar el peligro que supone mover una persona sin conocer la naturaleza de sus lesiones. Son muchos los casos donde es enteramente posible examinar al lesionado en la posición en que ha sido encontrado.Al examinar un lesionado, se debe ser metódico y ordenado, desde luego guiándose por la clase de accidente o enfermedad súbita y las necesidades que reclame la situación. Debe haber una razón para todo lo que se haga.El primer paso en el examen de cualquier parte del cuerpo es la llamada inspección. Consiste en revisar con cautela y cuidado la parte que va a ser objeto de examen antes de tocarla. La inspección inicial descubre a menudo alteraciones que de otra manera pudieran pasar desapercibidas.Es importante una comparación cuidadosa con el objeto de descubrir las deformaciones naturales que ocasionalmente se encuentran en personas sanas.Después de la inspección el auxiliador debe palpar cuidadosamente la parte afectada, poniendo especial atención en los huesos.En un lesionado consciente el principal objeto de examen es descubrir las partes sensibles, pero en el que ha perdido el conocimiento el método es todavía útil, ya que puede descubrirse alguna irregularidad en los huesos, etc.

Higiene


HIGIENE PERSONAL

Para mantenernos saludables y aumentar nuestra vitalidad es importante cumplir con las normas de higiene personal.Nuestro organismo necesita de estos cuidados para conservar nuestra salud.El estar limpios nos da la posibilidad de ser aceptados.La falta de higiene motiva desagrado y causa rechazo.Una persona que no se encuentra en condiciones higiénicas adecuadas puede sentir rechazo por parte de otras personas.
La higiene es esencial para nuestra salud.

NOS HIGIENIZAMOS DIARIAMENTE PARA:

Mejorar nuestra salud
Prevenir la aparición y desarrollo de determinadas enfermedades.
Facilitar las relaciones interpersonales
Contribuir a la formación de nuestra imagen personal.
La higiene de las personas comprende el conjunto de actividades y estrategias para facilitar la mejora de sus condiciones de salud frente a los riesgos potenciales que existen en su entorno.la práctica de hábitos higiénicos adecuados, comprende desde los primeros años de vida de las personas, en primer lugar en la familia y posteriormente en la comunidad educativa.algunos de los aspectos básicos que podemos realizar para tener buena higiene personal son:
El aseo diario: ducha o baño.
Lavarnos el cabello, la cara.
Higienizarnos los ojos.
Limpiarnos las manos y las uñas, los pies y los genitales.
Realizar correctamente nuestra higiene bucal.
La ducha: Es la más completa y eficaz para la limpieza de nuestra piel ya que arrastra la suciedad. Además, puede producirnos un estímulo en la circulación sanguínea.
El baño de inmersión: También es necesario aunque menos eficaz que la ducha, porque la suciedad del cuerpo queda disuelta en el agua.Al bañarnos o al ducharnos primero humedecemos el cuerpo, después nos enjabonamos prestando esencial atención a las axilas y a los pliegues corporales, luego nos enjuagamos con abundante agua, y por último nos secamos bien con una toalla o paño, friccionando sobre distintas partes del cuerpo.
El Pelo: Se ensucia por la acción del viento, la humedad, la contaminación atmosférica, entre otras causas. Además de la secreción sebácea. Lavemos la cabeza en lo posible día por medio utilizando un champú o jabón que se adapte a las características de nuestro cabello.
Los ojos: Pueden ser lavados con abundante agua fría , es conveniente que no los toquemos ni frotemos con pañuelos u otras prendas sucias.La boca: Es la puerta de entrada de los alimentos, pero también es la puerta de entrada de gérmenes que producen enfermedades:
Podemos prevenir las enfermedades bucodentales si desarrollamos las medidas básicas de su higiene y nos alimentamos adecuadamente.
Si consultamos periódicamente al odontólogo (cada seis meses) , podemos descubrir a tiempo las caries dentales.
Otra forma de prevenirlas es adquiriendo el hábito de cepillarnos los dientes correctamente después de cada comida y antes de ir a dormir, a la noche utilizando el hilo dental en los lugares de los dientes que son poco accesibles al cepillado.
La cara, las manos y las uñas: Están en continuo contacto con el medio ambiente, y son las más expuestas a la suciedad. Por eso se sugiere lavarlas tantas veces como sea necesario. Para la cara utilizamos jabones que no sean agresivos para la piel, agua tibia o fría para fortificar nuestra piel y dar un aspecto sonrojado. A las manos las tenemos que lavar con frecuencia, especialmente antes de comer, después de ir al baño y siempre que se haya manipulado algún objeto o sustancia que esté sucia.Los pies: Producen mal olor, debido a que poseen glándulas que segregan sudor y desechos, como consecuencia de la humedad pueden producir hongos.
Los genitales:Los lavamos después de defecar. Y si esto no es posible, los limpiaremos cuidadosamente con papel higiénico, repitiendo esta operación hasta que el papel quede limpio.Es necesario que las mujeres se limpien siempre de adelante hacia atrás para evitar que se contaminen los genitales femeninos.Durante el período menstrual incrementamos nuestro aseo personal.

LOS MOMENTOS DEL DIA QUE ESTÁN ESPECIALMENTE RELACIONADOS CON NUESTRA HIGIENE PERSONAL SON:


Al iniciar la jornada: el aseo diario, el lavado de los dientes y el peinado.
Antes de las comidas: el lavado de las manos.
Después de la comida: el lavado de los dientes.
Después de ir al baño: el lavado de los genitales y el lavado de las manos.
Antes de dormirnos a la noche: el cepillado de los dientes y el baño diario.